En nuestra sociedad, la alimentación juega un papel absolutamente esencial en nuestra salud. Cada vez más estudios muestran la nutrición como uno de los factores más importantes en el desarrollo de enfermedades no transmisibles como la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, todas ellas en preocupante aumento en occidente.

Es importante recordar que la genética y los factores hereditarios son solamente uno de los factores en el desarrollo de las enfermedades no transmisibles. Aunque no siempre seamos conscientes de ello, la nutrición juega un papel protagonista en nuestras vidas, en nuestra salud del día a día y en la manera en la que envejecemos. Por lo tanto, antes de pensar cosas como “no puedo evitarlo, es genético” o “esto me va a pasar, haga lo que haga”, es recomendable parar un momento y pensar en qué factores sí podemos controlar con respecto a nuestra salud. La nutrición es definitivamente uno de ellos.

Numerosos estudios realizados por grupos médicos de EEUU han demostrado que una alimentación 100% natural, de productos integrales (es decir, alimentos completos, no procesados), bajos en grasas y 100% vegetales, reducen considerablemente el peso, así como la incidencia de enfermedades cardiovasculares, problemas de tensión y niveles de azúcar y colesterol. Es importante entender que no estamos hablando de una alimentación simplemente vegana, sino de una alimentación 100% natural. Ser vegano no es necesariamente sinónimo de estar sano, ya que existen muchísimos productos veganos que no son naturales. Por lo tanto, nuestro objetivo en cuanto a nutrición debe ser una alimentación 100% vegetal y natural, con una mínima ingesta de productos envasados, refinados, congelados o procesados de cualquier otra forma. Cuanto más cercanos estén los productos que ingerimos a su estado natural, mejor.

Otro punto a tener en cuenta es la ingesta de calorías. Desafortunadamente, los cánones de belleza y la mitificación de los cuerpos cada vez más delgados han supuesto para una gran parte de la población una excesiva obsesión con las calorías ingeridas y los kilos de más. Varios estudios observacionales llevados a cabo con respecto a la ingesta de calorías y los hábitos alimenticios han demostrado que las personas que se alimentan de manera 100% vegetal y natural pasan más tiempo comiendo y comen más cantidad; sin embargo, ingieren menos calorías de media que las personas que no llevan este tipo de alimentación. Por otro lado, la ingesta de calorías no es lo más importante para tener un cuerpo sano y en forma. Una alimentación natural nos ayuda a encontrarnos más ligeros y con más energía para movernos, lo cual crea un círculo virtuoso en el que el ejercicio acompaña a la nutrición para una vida mucho más saludable. Es recomendable que nuestro objetivo sea nuestra salud, y no la pérdida de peso, ya que de lo contrario nos convertiremos en fáciles presas de las dietas milagro y de unos hábitos de vida muy nocivos a largo plazo. Lo más común es que al buscar una vida saludable, la pérdida de peso venga de la mano de manera totalmente natural y nuestro cuerpo se posicione en un peso ideal casi sin darnos cuenta.

Una de las mayores preocupaciones a la hora de plantear una alimentación 100% vegetal es la potencial falta de proteína. Por ello, considero necesario puntualizar que la proteína no está ausente (ni muchísimo menos) en una alimentación vegetal. Es más, la cantidad de proteína recomendada al día es de 0,8 g/kg de peso, alrededor de un 8-10% de las calorías totales ingeridas. En la dieta occidental estándar de hoy en día, ingerimos alrededor de un 30%. Este exceso puede ser muy perjudicial para la salud y ha sido asociado en numerosos estudios al desarrollo de graves enfermedades, como el cáncer, la osteoporosis y las enfermedades autoinmunes. Una dieta vegetal sana y completa es más que suficiente para incluir las cantidades recomendadas de proteína al día y, es más, nos ayuda a mantener el exceso de proteína a raya. La preocupación por la falta de proteína en la alimentación vegetal es totalmente infundada.

Por último, me gustaría también hablar brevemente sobre otra de las preocupaciones más comunes: la falta de calcio para unos huesos sanos. Normalmente, cuando recomiendo a mis pacientes eliminar los lácteos de su dieta, su preocupación es no dar suficiente calcio a sus huesos para poder evitar problemas más adelante. El mito de la necesidad de la leche para unos huesos fuertes está muy arraigado en nuestra sociedad. Sin embargo, hay que recordar que la leche es un alimento muy acidificante. Al ingerir productos lácteos, estamos bajando el pH de nuestro cuerpo. Los productos lácteos se relacionan por lo tanto con un detrimento del equilibrio saludable del cuerpo, así como con enfermedades autoinmunes – incluyendo la esclerosis múltiple – diabetes infantil y otras enfermedades no transmisibles. Por lo tanto, es más que recomendable sustituir los productos lácteos por otros alimentos ricos en calcio, tales como las verduras de hoja verde, las naranjas, las almendras o las legumbres.

En conclusión, es importante recordar que la nutrición juega un papel mucho más importante de lo que pensamos en nuestra salud. Es cierto que hay varios factores que pueden llevar a enfermedad y que una nutrición 100% vegetal/natural no es una garantía irrevocable de salud óptima durante toda la vida. Sin embargo, los demostrados beneficios que aporta para una vida larga y, sobre todo, sana a nivel tanto físico como emocional, hacen de ella una de nuestras mejores aliadas. ¡Aprovechémosla!

Parisa Salahshourian
Terapias Naturales y Vida Vegana